La importancia de como conquistar
a una pareja es muy importante en la adolescencia pues es el primer contacto con el deseo y el
placer. Entrar en un juego social lleno de variables, dificultades y problemas
que generalmente empieza solo con querer conquistar a esa persona
especial. En el cortometraje Un juego
absurdo del director Gastón Rothschild, estrenado el 16 de abril de 2009,
podemos ver como un joven pasa por estas dificultades hasta llegar a un límite.
En un escenario pequeño y
sencillo Rothschild generó la ilusión de una fiesta adolescente de los años
60´o 70, siendo el vestuario de jóvenes y adultos el adecuado. Con movimientos
de cámara sencillos entre acercamientos y aperturas de plano permitió que el
protagonista, Javier, interactuara con sí
mismo, el público (nosotros) y los demás invitados a la fiesta. La imagen de
una fiesta con música de la época tuvo interrupciones bien preparadas
durante el monologo de Javier (Martín
Piroyansky) resaltando las emociones, dificultades e ilusiones que de alguna
forma dieron un toque de comedia a la historia.
En algunos momentos del casi completo
monologo de su protagonista Javier (Martín Piroyansky) no solo se vio el
constante enamoramiento a Romina (Eliana González) sino también la molestia de
él sobre sus propios miedos, inseguridades y en definitiva su virginidad,
llegando a un punto limite, cansado de jugar con las normas sociales de
conquista y de perder antes de poder hablarle a ella.
Presentado en varios festivales
latinoamericanos el Corto Un juego
absurdo ha obtenido más de 19
premios por Mejor Corto, Mejor Producción, Premio del Público, Mejor Guión y
Mejor Actor, entre otros; e internacionalmente obtuvo Mejor Film Extranjero en el KAN Film Festival 2010 de Polonia y Premio Shorts TV/Numericable en 18º Festival
de Biarritz / Amérique Latine en Francia (2009), entre otros.
Con un giro espectacular casi finalizando este cortometraje de 12 minutos, Gastón Rothschild, logra mantener al público atento, sonriente e impactado con lo que puede decirse un juego absurdo del que podemos cansarnos.
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