Escribir por pasión y leer por devoción.

Da Tiempo al tiempo. Cada momento para cada persona es precioso, por eso, este blog cuenta momentos en la historia del autor, real, periodística y literaria. Historias, cuentos y crónicas que llenan de pasión el mundo del autor y de placer a usted, el lector.

En cada tiempo hay un escritor que llega a su público de manera imprevista con historias y teorías que han generado interés y también emoción, credibilidad y aprendizaje.

lunes, 29 de julio de 2013

OBSERVADOR

Por: Oscar Alemàn

Mientras la vida gira en un infinito elipse yo miro el cielo. No por mirarlo, no por relajarme o con la minima idea de inspirarme con su infinidad. Lo miro por placer, por esa imagen hedonista de la vida en medio de las nubes, por esa sensación de inmensidad que el azul pálido me da en las mañanas de primavera o la fascinación que me da el color azul punteado en las noches sin nubes.


Al levantarme de mi puesto en el parque miro mis manos y suspiro, el extraño. No perdí mis manos, por si lo imaginan, ni mis dedos, solo fue la habilidad. Extraño esos momentos en los que mis manos hablaban por si solas, dibujos que me hacían inspirar o textos que me hacían suspirar.

Tomado de: www.fondosok.com
Me inspiro con demora, pero al crear mis manos me inspiraban, el cielo dejaba de ser mi placer y se volvía mi obra. La creación de un texto era tras las primeras palabras por ejemplo “Mientras la vida gira en un infinito elipse yo miro el cielo” no se de donde salio, pero se que fueron ellas.

Me tratan de loco, eso es bueno,  me tratan de vago, eso no es bueno. Me tratan como si la vida fuera fácil para mí, para su sorpresa no lo es. No es fácil mi vida, como no es fácil para una prostituta prostituirse, como no es fácil para un carpintero hacer su propia tumba. La gente piensa mas de lo que hace y soy un gran ejemplo de eso.

A veces miro el cielo, no por mirarlo, ni por admirarlo, ni por imaginarlo, no por un “arlo” sino por placer. Sueños hedonistas de eternidad e infinidad, de poder y de dolor.

Extraño mis manos, su inspiración me hacia feliz, ahora han dejado en mi corazón un roto. No es literal, no es semiótico, solo es irreal. Dolorosamente irreal.

Es tarde, dejare de pensar y volveré a mirar el cielo, ver el puntillado del cielo nocturno. Ver las estrellas brillar a pesar de haber muerto hace siglos, talvez mis manos estén allí. ¿Serán estrellas quienes disfrutan de talento?

Tomado de: http://mibauldeldecoupage.blogspot.com/2011/06/cielo-estrellado.html


Mientras la vida gira en una eterna elipse yo miro las estrellas. No por mirarlas, no por relajarme, ni por inspirarme con su brillo. Las miro por el placer, por la luz hedonista que llena mi pecho.