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domingo, 18 de octubre de 2015

UNA ACTUACIÓN MAGISTRAL.

Por: Oscar Alemán

Palabras faltan ante esta gran obra dividida en las múltiples historias actuadas por Monsiur Oscar (Denis Lavant) y excelentemente guiadas en la música y actuación de Kylie Minogue. Holy Motors (Leos Carax, 2012) representa una múltiple representación de la realidad, con las muchas interpretaciones que nosotros como publico podemos tener de este flujo de historias y personajes que Carax  pudo encaminar con la magistral actuación de Lavant.



Entre las historias hay mensajes escondidos que subjetivamente solo pueden ser supuestos, pues el mensaje de esta obra está dividido en imágenes caóticas, desagradables y grotescas con mensajes que se entrelazaban con la belleza, la familia, el amor y la esperanza. Desde el epilogo de la película se ve en el simbolismo que Carax da al mostrar un cine lleno de un público durmiente mientras los únicos atentos a las imágenes erráticas son un bebe que pasa corriendo por uno de los pasillos del cine y un hombre ciego que con su bastón y su perro lazarillo dan pie a la historia de Oscar (Lavant), un actor en medio de Paris.



Tomada de: https://themovierat.files.wordpress.com/2013/01/holymotors.jpg
Si he de resaltar es que cada historia es representada por la actuación de  Denis Lavant, pues su labor con cada personaje,  sus actos y palabras estaban cercanos a ser admirados por ser personajes (la anciana, el banquero, slapstick mudo, Sr. Merde, asesino, padre de familia, etc.) de su personaje principal (Monsiur Oscar) e irónicamente lejanos al imaginario de que Oscar era uno más de los personajes de Lavant. En un trabalenguas puede decirse que es “un actor puede actuar como actor que actúa sin salir de su papel de actor”.






Puedo decir que en tres ocasiones Lavant amplio mis expectativas dentro de una película que con mi máxima atención me hizo dudar, analizar y hasta imaginar otras posibilidades. La primera fue cuando Oscar, transformado en la anciana que con su cabeza gacha por su espalda va mendigando y narra con palabras muy profundas como su vida va rodando entre las piedras y los pies de otros, algo que puede relacionarse con el constante viaje durante la ciudad en la limusina. La segunda es cuando el hombre a quien se le llamo “Sr. merde” cambio el vestuario de la modelo secuestrada (Eva Méndez) del concepto habitual de belleza occidental, tan genérico y superficial, a un ropaje que cubría hasta el rostro de ella lo cual puede ser la belleza árabe o musulmán, un poco más cerca a lo espiritual. Finalmente la actuación que me acerco más a la interpretación de Lavant, fue cuando  mostró el verdadero rostro de Oscar con la nostalgia y el amor que tenía por Eva (Kylie Minogue) el cual solo pudieron compartir en 30 minutos previos a la actuación de ella y la ida de él.


Cada actuación, cada detalle y cada imagen estaban relacionados a las múltiples historias auto concluyentes que de alguna forma pueden ocurrir en Paris. Pero en general a cualquiera que quiera actuar ante un público observador  que busca emociones y pasiones en la realidad de uno o muchos personajes.

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