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viernes, 1 de junio de 2012

El TLC ¿Una bendición o la entrega del país en bandeja de plata?


Estamos seguros que esto será ayuda, Pero ¿a quien ayuda?



Por: Oscar Alemán.

Los acuerdos realizados durante aproximadamente cuatro meses entre el presidente Juan Manuel Santos y el presidente Barack Obama para hacer real el sueño del Tratado de libre Comercio (TLC) con Estados Unidos por fin fueron efectivos con la firma de este tratado durante la Cumbre de las Américas. El 15 de Mayo empezó a regir con la posibilidad del ingreso de materiales, productos y diferentes ayudas industriales a nuestro país siendo importadas de Estados Unidos.

El TLC en si es la posibilidad de hacer acuerdos comerciales e industriales entre ambos países dando facilidad a la importación y exportación, pero esto no es lo único que debemos saber de este gran y famoso tratado. El TLC beneficia a la importación de productos y más que toda maquinaria Estado Unidense debido a la reducción y casi anulación del arancel, impuesto de entrada al país, de estos productos; también el hecho que hay más posibilidades de empleo a extranjeros en nuestro país y mejoras para nosotros con la tecnología que ha llegado.

Pero si lo vemos de una manera objetiva ¿Quién esta ganando? Ellos disminuyen el pago de arancel, exportan los productos en los que son fuertes y reciben con mayor facilidad los productos y servicios que brinda el país, en este caso nuestro país, como son la parte agrícola y ganadera. Nosotros por nuestra parte, recibimos automóviles y motocicletas en ciudades que han colapsado en movilidad, como Bogotá y Medellín, y también productos de tecnología que a pesar de ser de última generación es poco útil en una sociedad con una educación de una generación pasada.

La relación del TLC con nuestro país no es sola de perdidas o de actos absurdos con tecnología e industria, pues a nuestro parecer estamos abriendo paso a facilidades económicas, laborales e industriales que posiblemente nos sacara de esa odiosa imagen de “país en vía de desarrollo”, un nombre brindado elegantemente por quienes si tienen industria y dinero. La expectativa también viene con la paciencia, y nosotros debemos ser pacientes pues debemos ver como estamos surgiendo con este tratado, tal vez en algún momento nos demos cuenta que vendimos nuestra tierra en bandeja de plata y seguir siendo “en vía de desarrollo”, o que en verdad podemos estar en vía de desarrollo industrial, comercial y demás.

Somos colombianos y debemos ver más allá, debemos experimentar la caída para levantarnos y siempre seguir un camino hacia adelante, pero no en camino al subdesarrollo y la mediocridad, como creen algunos que puede suceder.